domingo, 11 de diciembre de 2016

Solo sentí dentro dardos.

11 de Diciembre. Me siento, como de costumbre, sin esperanza. ¿Cómo luchar sin saber a qué te enfrentas? O, mejor dicho, ¿sin saber por qué te enfrentas?

Sí, por supuesto que deseo ponerme bien. Levantarme por las mañanas con una sonrisa y unas ganas gigantes de comerme el mundo. Que el corazón me palpite si sucede algo emocionante, o estar en paz si la marea está tranquila. Escuchar el latido de su corazón y poder perderme en él de nuevo. Volver a ver que los segundos cobran sentido, y vivirlos. Simplemente sentir que estoy viva. Que sigo en éste mundo y que cada instante cuenta.

Mi falsa felicidad entra en conflicto con la noche, quien la acusa de mentirosa. Y tan mentirosa que, finalmente, admite su cometido y se deja hundir por la densa y cortante realidad.

Trato de apoyarme en aquellas sonrisas que me rodean, pero a la vez las temo. Temo la compañía por no ser capaz de mantener la compostura por mucho más tiempo. Y que finalmente vean cómo me rompo en mil pedazos.

Ando desesperada en busca de refugio, porque ni yo misma ya soporto mi presencia.
Ni yo misma.
A mi misma.

jueves, 8 de diciembre de 2016

Evasión de sentimientos.

¿Cómo habéis sido capaces de abandonarme en un momento como éste? Cuando, aparentemente (y digo aparentemente porque me da miedo decir una palabra por temor al error), las cosas empiezan a colocarse de nuevo en su sitio. Tal vez vuestro abandono se deba a la jodida saturación que hemos recibido estos últimos 3 meses. Pero de nada sirve que desaparezcáis, ¿sabéis? Porque yo sigo aquí. Y me habéis dejado sola y vacía. En una época del año donde quiero sentir más que nunca. Se acerca la Navidad y yo no hago más que plantearme mi existencia. Son días de pensar en regalos, respirar la magia, deslumbrarse con las luces y disfrutar del calor hogareño. Sin embargo, nada de eso existe para mi si me dejáis sola. Me pierdo los abrazos que recibo, los besos, las risas y sonrisas, las palabras... hasta las lágrimas. Se generan en mi, pero no me producen ninguna emoción.
Por favor, regresad. Sé que de nada sirve que os lo pida y ya está. Me estoy esforzando, de verdad que lo estoy haciendo. Pero siento que está siendo en vano. Y no sé si puede durar días o si puede durar años, pero necesito un ligero empujón por vuestra parte. ¿Como regalo de Navidad?